Reviews by fernando

(OK) Hsia-Hsien es oblicuo y difícl, y elíptico y ecléctico para contar su pais, no mueve la cámara y a veces la coloca distante o de costado, como para que agradezcamos al ángulo que nos toca; el de un titiritero popular, con familia y amante prostituta, que trabaj para los japoneses, lo quieren y vive a salto de mata y de supersticiones

(OK) Demme tiene el ritmo y el tono justo, los actores impecables, incluyendo a Robards con el diálogo y risita perfecta de inmenso abogado conservador, se evita el maniqueismo pero se incurre en licencias algo cursi. La secuencia de Hanks extasiado con la ópera, fuuero de lo forzado y estreotipado, funciona gracias a Washington

(DES) Una escena es hermosa, la quintaesencial canción de cuna de Brahms, el maestro Voight la ilustra meciendo y arrullando a un pequeño alumno afro cuya complacencia se ve y se siente

(Des) La buena conciencia de Ritt conmovió en los 70 con estos retratos de discriminación en la que nadie es malo ni bueno del todo, aquí Voight(Conroy) es el alma desboradada que solo deja un recuerdo porque no arregla las cosas, es una fase de su coming of age y del de sus alumnos

(OK) ¿Por qué no siento en Altman el cariño en última instancia por sus personajes miserables y perdedores, que sí se siente el adaptado Carver o en tanto otro genio? Pero el ritmo, la variedad orquestada de tonos, y de extremos, muerte postergada la del niño, ambigüedad sobre la autodestrucción de la violonchelista, reacciones sensatas a los extremos, como la del pastelero Lyle Lovett

(OK) Una sorpresa para mi! 32 variaciones del abordaje a un personaje que brilla en talento (no se escatima oír su piano), su humor, su excentricidad (se retiró de las giras a los 32 y era un ermitaño solitario, entrañable e hipocondriaco que murió a los 50)

(MU) Cansa Dupieux con estas comedias metalíngüísticas que simulan realiso y espontaneidad, en este caso, con secuencias de diálogos farragosos. Impresionante reparto

(OK) Estética del dolor y de la tradición, por momentos provoca adherir a una revolución (maoísta u otra) para acabar con eso, y por ahí no va aparentemente la película. ierto regodeo en la (auto)punición, la letra con sangre entra en el cine chino

(OK) La historia es muy buena aunque no se sostenga muy bien en la primera parte. Miranda Richardson brilla y Whitaker convence; la chica trans es mejor personaje que actor

(OK) Tres estrellas solo por dos razones, el notable debut de Brynner, como malvado susurrante y afectado y la primera parte noir con él y con KT Stevens. Se impone, lamentablemente, el policial realista burocrático de fines de los 40 y comienzos de los 50